Las personas siempre tienen una extraña sensación de nostalgia. A veces dudo que todo el mundo esté actuando solo para mí. Un secreto que se me escapó accidentalmente, tres días después aparece en las bromas de extraños. Justo cuando me alegro de que hoy ha ido bien, me encuentro en la esquina con la última persona que quería ver. Nuestros nervios son como radares demasiado sensibles, buscando en el caos relaciones de causa y efecto que no existen. Al menos así puedo pretender que todo tiene una lógica. La suerte y la mala suerte parecen existir en una relación de equilibrio misteriosa. Si hay un poco más de un lado, el otro debe tener un poco menos, sin romper el equilibrio de "1". La energía se conserva, siempre me consuelo pensando que lo que pierdo se recuperará de manera inesperada en algún otro lugar. La vida es un contador experto en equilibrar cuentas, que en un libro de cuentas que no puedes ver, calcula la suma de todas las alegrías y suspiros.