Los Punks envejecerán como el viejo reloj de tu padre, siguiendo el mismo arco que cada pieza atemporal: de declaración a estigma a básico. En sus primeros días, los Punks eran identidad. Tenían peso. Representaban: ser pionero, estar en sintonía, ser parte de los pocos que lo entendían. Cada OG tenía uno, todos los demás querían uno. Su edad de oro fue su edad emergente, cuando poseer uno significaba algo, cuando había una fuerte ética detrás de ellos. Luego llegó el pico. (Para los punks y los NFT en su conjunto) Las compras de celebridades, la especulación del Superbowl, la saturación. Una vez que eso sucedió, el significado colapsó. Podías seguir comprando un Punk, pero no podías comprar lo que una vez significó. La cultura había pasado de la creación al consumo. Pero cada gran artefacto pasa por esa decadencia. Primero adorado, luego burlado, luego redescubierto. Ese es el ritmo de la permanencia. El mundo necesita tiempo para olvidar antes de poder recordar con claridad. Creo que los Punks volverán lentamente, pasando de símbolos de estatus a símbolos de historia. Así como los relojes físicos se convierten en herencias, los digitales también lo harán. Se coleccionarán por lo que soportaron, no por lo que valían. ...